¿Tienes miedo al dentista? consecuencias y cómo superarlo

El miedo al dentista es más común de lo que se cree, pero no superarlo puede ser un peligro para mantener una buena salud oral. Descubre cómo afrontarlo.

El miedo al dentista que sufren algunas personas muchas veces es paralizante. Tanto, que puede hacer que no acudan a consulta en mucho tiempo, o que lo hagan sólo cuando no queda otro remedio porque el problema bucodental ya es muy importante.

Este miedo puede originarse por diversas razones. Detrás puede haber experiencias traumáticas pasadas, temor a la incomodidad o al dolor durante el tratamiento, o sentir un pánico irracional a lo desconocido.

Si es algo que te ocurre, queremos que conozcas cuales pueden ser las consecuencias de un abandono de los cuidados y la prevención en consulta. Además de trasladarte que hay una serie de medidas efectivas que puedes tomar para plantar cara a este miedo y no comprometer la salud de tu boca.

Consecuencias del miedo al dentista

Las personas que evitan las visitas regulares al dentista tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas orales graves:

  • Problemas de caries no tratados: una mala dieta, abusar de alimentos y bebidas azucarados o una deficiente higiene dental pueden originar el desarrollo de caries. Y si no se tratan a tiempo, pueden desembocar en dolor, infecciones y la necesidad de realizar tratamientos más invasivos en el futuro.
  • Enfermedades de las encías: la falta de atención dental periódica también puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades de las encías, como la gingivitis y la periodontitis. Sin control odontológico estas afecciones pueden causar inflamación, sangrado y la pérdida de dientes.
  • Deterioro de la salud oral y general: cuando no hay un control y una prevención los problemas bucodentales pueden empeorar y afectar negativamente a la salud general de la persona. Al corazón, al aparato respiratorio, digestivo, etc.

Estrategias que pueden ayudar en la clínica para combatir el miedo al dentista

Poner en práctica algunas estrategias y trabajar en conjunto con el dentista, pueden hacer que las visitas sean mucho más llevaderas y menos estresantes. Es normal sentir un poco de ansiedad, pero hay muchas formas de manejarla y disfrutar de una experiencia en la consulta más tranquila y positiva. Entre las recomendaciones:

  • Comunicación abierta: habla con el dentista sobre tus preocupaciones y miedos antes de la cita. Expresa cualquier temor que tengas para que pueda ajustar su enfoque y proporcionarte el apoyo necesario. Una buena comunicación puede ayudar a aliviar los nervios y abordar los tratamientos con menos malestar.
  • Visitas regulares y citas tempranas: planear visitas regulares al dentista puede ayudar a familiarizarte con el entorno y reducir el miedo asociado al momento de acudir a la clínica. Programar citas temprano también puede contribuir a evitar la ansiedad anticipada que puede irse acumulando a lo largo del día.
  • Técnicas de relajación: practica técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, antes y durante las visitas para mantener la calma y reducir la ansiedad y los nervios.
  • Música: escuchar música relajante mientras estés en pleno procedimiento puede distraerte y disminuir la sensación de angustia.
  • Establece señales de parada: si sientes que necesitas hacer una pausa durante el tratamiento, acuerda con tu dentista una señal clara. Una buena opción es levantar la mano, para que pueda detenerse y darte un momento para relajarte antes de continuar.
  • Busca un dentista con el que estés cómodo: infórmate en tu círculo de confianza para encontrar un dentista que tenga un enfoque gentil y comprensivo con los pacientes nerviosos. Sentirte a gusto y seguro marcará una gran diferencia en tu experiencia.
  • Terapia de exposición gradual: en pacientes muy miedosos, que, solo de pensar en ello, sienten un profundo malestar y un gran nerviosismo, se puede considerar la posibilidad de buscar ayuda profesional para superarlo mediante técnicas de exposición gradual.
  • Considera la sedación: si el temor es muy intenso, pregunta a tu dentista sobre las opciones de sedación que pueden favorecer el sentirte más relajado durante los tratamientos.

La sedación como solución cuando el miedo es insuperable

La sedación dental es una alternativa que puede ser muy útil disminuyendo la ansiedad y el estrés para las personas con terror y una preocupación excesiva. Hay varios tipos de sedación disponibles, cada uno con sus propias características y niveles de profundidad:

  • Sedación oral: implica tomar un medicamento por vía oral antes de la consulta. El medicamento ayuda a inducir una sensación de relajación y calma, pero generalmente no hace que la persona se duerma completamente. Es una opción popular para aquellos con ansiedad moderada.
  • Sedación intravenosa (IV): consiste en la administración de medicamentos sedantes a través de una vena. Este método permite al dentista ajustar la dosis según las necesidades individuales del paciente y puede proporcionar un nivel más profundo de relajación. La sedación intravenosa es ideal para procedimientos más largos o invasivos.
  • Óxido nitroso (gas de la risa): es un gas sedante suave inhalado que se administra a través de una mascarilla nasal mientras dura el procedimiento. Provoca una sensación de relajación y euforia leve y es una elección segura y efectiva que se elimina rápidamente del cuerpo después de su uso.

Si estás considerando recurrir a la sedación dental, no dudes en hablar con tu dentista para obtener más información. El profesional podrá determinar si es adecuada para ti, teniendo en cuenta tus necesidades, el tipo de tratamiento que se realizará y tu historial médico.

Superar el miedo al dentista es fundamental para mantener una buena y óptima salud bucodental. Si hace mucho que estás posponiendo una revisión, no permitas que el temor te detenga y da el primer paso programando tu próxima cita con nosotros. Estaremos encantados de acompañarte y cuidarte en todo el proceso dándote tranquilidad.

Simon Blas
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