¿Tu hijo/a aprieta los dientes? Seguramente lo hace durante la noche. Se le llama bruxismo infantil pero, a diferencia del caso de los adultos, no se considera una patología y suele ser algo transitorio.
En este artículo te explicamos las claves sobre el tema. Pero no te apures, no es grave.
Características del bruxismo en niños/as
El llamado bruxismo infantil tiene unas características que lo identifican y que es recomendable conocer:
- ¿A qué edad se produce?
Lo más habitual suele ser que se de entre los 6 y los 10 años, coincidiendo con la caída de los dientes de leche y el nacimiento de los definitivos. - ¿Cuándo se produce?
Lo suelen hace más durante la noche y a veces el rechinado puede llegar a ser muy fuerte. - ¿Es grave?
No, no es grave. Se le llama bruxismo infantil, pero ni siquiera está considerado una patología, como en el caso de los adultos. - ¿Se pasa?
Sí, es transitorio. Lo habitual es que tienda a desaparecer paulatinamente y el niño/a deje de apretar y rascar los dientes al entrar en la adolescencia. - ¿Puede provocar malestar?
Sí, por supuesto. Si el niño/a aprieta los dientes con fuerza y el hecho de hacerlo se prolonga en el tiempo, puede provocar una serie de problemas en el niño/a como: dolor e inflamación de la mandíbula, dolores de cabeza y oído y desgaste en los dientes.
Entonces, ¿qué es el bruxismo infantil?
Hasta ahora ya has leído cuáles son sus características y puedes estar tranquilo/a porque no se trata de algo grave.
Pero te preguntarás entonces qué es el bruxismo en niños/as.
El bruxismo infantil se trata de una forma natural de desarrollo de la dentición del niño/a y estimula la formación muscular y ósea de los huesos de la cara. Es un hábito de desarrollo que disminuye progresivamente al salir las muelas permanentes y dientes incisivos. Por tanto, inicialmente no es necesario ningún tratamiento.
Seguramente habrás oído decir, sobretodo a las generaciones de más edad, que los/as niños/as rechinan los dientes cuando tienen lombrices. Esto es una leyenda popular y la verdad es que no está demostrado de manera científica.
Qué hacer si tu hijo/a manifiesta bruxismo
Como se trata de un proceso fisiológico que, en principio, entra dentro del proceso de desarrollo normal del niño/a, lo recomendable es esperar a que pase y hacer seguimiento de su evolución.
Si se alargara demasiado en el tiempo o provocara efectos secundarios molestos como los antes descritos (dolores de mandíbula, oídos o cabeza), lo mejor es acudir al dentista para indagar en las causas y buscar una solución.
El bruxismo infantil puede ser desencadenado por circunstancias físicas o psicológicas. Entre las físicas lo más habitual es que ya se hayan caído los dientes de leche y los permanentes hayan aparecido con maloclusión. Y entre las psicológicas pueden estar las alteraciones circunstanciales en su día a día que pudieran haber ocasionado tensiones emocionales o estrés, como hiperactividad, cambios repentinos en sus hábitos y rutinas o traumas.
Algunos consejos a tener en cuenta
- Bajar el ritmo de la actividad física y mental antes de dormir
Que no se vaya triste o alterado a la cama. Viene bien darse un baño caliente antes de acostarse, leer algo suave, escuchar música relajante, colocar productos de aromaterapia en la habitación… - Evitar ejercicios
No hacer actividad física antes de ir a dormir. - Evitar que se quede dormido delante de la tele
Hay que controlar el uso de la televisión antes de ir a dormir. No es recomendable dormirse delante del televisor, ni que vean contenidos que los puedan poner nerviosos/as, producir miedos, etc. - Evitar hábitos parafuncionales
Intentar que no se muerda las uñas, los labios, lapiceros, etc. - Si se alarga en el tiempo, consúltalo
Si el bruxismo se prolonga en el tiempo, consulta con el dentista. Estamos para ayudarte y buscaremos el origen y la solución.
