Los desórdenes alimenticios afectan a la salud en general, incluida la boca.
Además de las complicaciones que provocan en la salud y que a menudo saltan incluso a la vista, en la boca también tienen efecto las patologías relacionadas con los trastornos alimenticios.
Es más, a menudo, somos los profesionales de la odontología los que detectamos en la consulta que los/as pacientes pueden sufrir desórdenes alimenticios.
Desórdenes alimenticios: relación entre anorexia, bulimia y salud bucal
La anorexia y la bulimia, los desórdenes alimenticios más conocidos, están directamente relacionados con la salud bucal.
Se calcula que actualmente los sufren el 15% de la población joven y, lamentablemente, cada vez se registran más casos en los que la edad de los afectados es más baja, llegando incluso a padecerla ya niños y niñas.
Es más habitual que afecte también al sexo femenino, pero el porcentaje de chicos que la sufren va en aumento.
¿Cómo podemos detectar los profesionales de la odontología los desórdenes alimenticios en nuestra consulta? ¿Qué síntomas nos ponen en alerta y nos indican que nuestro/a paciente podría sufrir alguna de estas patologías?
Efectos de la bulimia en la salud bucal
La bulimia se caracteriza por atracones habituales de comida, seguidos de vómitos provocados y a menudo también el uso continuado de laxantes.
El ácido de los vómitos produce erosión en los dientes. Esto hace que luzcan desgastados y tengan un tono amarillento, con la consecuente pérdida estética. Además de esto, las personas que sufren este tipo de desórdenes alimenticios tienen mayores probabilidades de padecer caries, provocadas también por estos ácidos.
Todo esto conlleva a mayor riesgo de tener sensibilidad dental.
Y también el/la paciente puede sufrir constantemente la aparición de llagas en la boca.
Por eso, somos a menudo los profesionales de la odontología, los/as que detectamos esta patología, en alguna revisión o cuando vamos a efectuar un tratamiento.
La anorexia y sus efectos en los dientes
Las personas que sufren anorexia presentar un miedo extremo y descontrolado a aumentar de peso, que se convierte en una obsesión y que hace que incluso tengan una percepción distorsionada del volumen y forma de su cuerpo. Intentan evitar alimentarse por todos los medios para no ganar peso y, contrariamente, perderlo.
Es habitual que las personas anoréxicas reduzcan la ingesta de alimentos al mínimo, se sometan a dietas auto impuestas y rigurosas, ayunos y se sobrepasen con el ejercicio físico.
Todos estos factores provocan, entre otros efectos negativos en la salud, un debilitamiento de los huesos y muchas de estas personas sufren osteoporosis. Y como consecuencia de la osteoporosis, se debilita la masa ósea mandibular y se puede producir la pérdida de piezas dentales. Y acarrea también problemas en las encías.