Por su gran importancia en la salud y protección de los dientes, queremos que conozcas cómo reforzar el esmalte dental. Apunta las claves para lograrlo.
El esmalte dental es la capa más externa del diente, la que recubre la corona. Su función es protegerlo de posibles daños como desgastes, caries, fracturas e infecciones. Nuestro organismo, a diferencia de otras células, no tiene la capacidad de regenerarlo. Motivo por el que es fundamental saber cómo reforzar el esmalte dental y el valor que tiene la prevención para mantenerlo bien cuidado. Evitando así, en lo posible, problemas irreversibles en los dientes.
Cómo reforzar el esmalte dental. Claves fundamentales
El esmalte dental, además de ser la capa exterior que protege el interior blando del diente (la pulpa, formada por nervios, una vena y una arteria), es el material más duro que tenemos en el cuerpo humano. Esto es de vital importancia porque está siempre expuesto en la masticación y en contacto con todos los alimentos que ingerimos.
Sin embargo, y a pesar de su dureza, con el paso de los años el esmalte puede debilitarse. La combinación entre la acción de las bacterias de la boca, los ácidos y azúcares que contienen algunos alimentos y una falta de higiene dental en condiciones, pueden atacarlo y debilitarlo. Aunque, tener malos hábitos como consumir alcohol, fumar o tomar medicamentos, por problemas crónicos de salud, también pueden estar detrás de su desgaste.

Además, todos los esmaltes no son iguales, ni tienen el mismo grosor. En algunas personas puede ser más débil o tener algún defecto, lo que aumenta su vulnerabilidad. De ahí la importancia de la prevención y de tener en cuenta ciertas pautas y adquirir algunos hábitos que nos ayuden a fortalecerlo.
5 claves para reforzar el esmalte dental
1. Cuidar la alimentación.
Esto implica evitar en la dieta alimentos que contengan ácidos, como los cítricos o el vinagre, y bebidas carbonatadas o gaseosas ricas en azúcares, porque son muy agresivos con el esmalte dental.
Aunque, en el caso de los cítricos, como en este grupo hay frutas beneficiosas para el organismo por su aporte de vitaminas (naranja, limón, pomelo, …), si se comen o toman en zumo, se recomienda neutralizar los ácidos que contienen bebiendo agua o leche. Otra manera de hacerlo es limpiando los dientes. Pero, no inmediatamente, sino pasados al menos 30 minutos desde su ingesta.
Por otro lado, beber abundante agua y comer verduras, frutas, productos lácteos con poco grasa, proteínas magras y semillas o granos enteros, contribuyen a la remineralización del esmalte.

2. Mantener una correcta higiene bucodental.
Unos buenos hábitos y una rutina de cuidados dentales empieza por:
- Lavarse los dientes después de cada comida, o, al menos, 2-3 veces al día.
- Usar un cepillo de dientes de dureza suave-media y no hacer fuerza al cepillarse. Cambiarlo cada 3 meses.
- Una vez al día usar el hilo o la seda dental para eliminar los restos que se queden entre los dientes.
3. Usar productos que contengan flúor.
Algún enjuague bucal, que se suele prescribir en consulta si es necesario, y una pasta de dientes fluorada.
El flúor es un aliado del esmalte dental. Se incorpora a la superficie de los dientes y endurece el esmalte, ayuda a remineralizarlo y protege frente a los ácidos que causan la caries dental.
4. Utilizar los dientes solo para comer.
Evitar usar los dientes para morder cosas que no se comen (bolígrafos o lápices), para abrir botellas o masticar alimentos duros como el hielo, caramelos, frutos secos de cáscara dura, …

5. Eliminar malos hábitos como el alcohol o el tabaco.
El alcohol contiene ácidos que dañan el esmalte, además de que contribuye a la deshidratación de la mucosa bucal. Por su parte el tabaco, y, en concreto, la nicotina, es muy nociva para el esmalte provocando manchas amarillas y marrones y problemas en las encías.
Signos de desgaste del esmalte dental
Pero, ¿cómo saber si tu esmalte dental se está debilitando o desgastando?. Estas 3 señales te tienen que poner en sobre aviso:
- Notar cierta sensibilidad dental cuando tomas alimentos o bebidas frías o calientes.
- Tener algún diente astillado, detectar grietas o manchas que antes no estaban.
- Percibir que tus dientes adquieren un color más amarillento.
Por último, para que la prevención sea redonda, es imprescindible que acudas a la consulta de tu dentista con regularidad. Mínimo una vez al año, aunque no detectes nada extraño. La única manera de salvaguardar la salud de tus dientes y tu boca, es hacer revisiones periódicas y que un profesional compruebe su estado general. ¿Hace mucho que no nos visitas?