La elección de una pasta de dientes con flúor o sin flúor suele generar bastantes dudas. Te damos toda la información de interés para que lo tengas claro.
A la venta en el mercado tenemos disponibles distintos tipos de pastas dentífricas. Las hay para uso general, para dientes sensibles, anti manchas, blanqueadoras, especiales para niños, anti caries, anti placa e incluso veganas. El abanico es tan amplio porque cada una tiene una composición concreta con una función. Pero esta variedad puede convertirse en un quebradero de cabeza cuando no se tiene claro cuál sería la más adecuada para cada persona. Uno de las dudas más frecuentes suele surgir a la hora de elegir una pasta de dientes con flúor o sin flúor. ¿Sabes cuál es más conveniente? Analizamos sus pros y sus contras.
Beneficios e inconvenientes de la pasta de dientes con flúor
Antes de conocer los pros y los contras, es importante destacar que el flúor es un mineral que está presente en la naturaleza (en estado sólido, líquido y gaseoso), en muchos alimentos y en algunas aguas potables fluoradas antes de su consumo. Tal y como ya os adelantamos, junto a otros aspectos, en otro artículo del blog sobre el flúor y su importancia para los dientes.
La mayor parte de pacientes que tenemos, proceden de nuestro entorno cercano, donde el tratamiento de las aguas del grifo contiene la adecuada proporción de flúor, y por ello nosotros insistimos en consumir esa agua y no agua embotellada.
Beneficios del flúor
Es necesario para el organismo porque participa activamente en los procesos de desmineralización y remineralización de la boca. No sólo repone el calcio y el fósforo fundamentales para mantener los dientes fuertes y reparar y proteger el esmalte, sino que, además, ayuda a combatir las caries, siendo imprescindible en la prevención.

Con esta carta de presentación en la que sólo hablamos de sus beneficios, los odontólogos podríamos responder a la pregunta inicial diciendo que sí es mejor una pasta de dientes con flúor que otra que no lo contenga. Sin embargo, existen ciertos matices que deben ser tenidos en cuenta.
Inconvenientes del flúor
Un consumo excesivo de flúor puede ser perjudicial para los huesos y los dientes.
En el caso de los dientes, puede favorecer la aparición de manchas (blancas, o marrones en los casos más graves) o que pierdan su color. Es lo que se conoce como fluorosis dental. Una enfermedad que además afecta a la estructura de los dientes y a su capacidad de absorber calcio, volviéndolos débiles y frágiles.
La fluorosis dental puede ser dañina en niños pequeños, hasta los 8 años, porque aún no tienen los dientes formados del todo. Aunque según la Sociedad Española de Odontopediatría, el riesgo realmente sólo existe si el niño ingiere o chupa directamente pasta del tubo. Y para evitar que esto suceda, el cepillado debe estar supervisado por un adulto, por lo menos hasta los 8 años.
En cuanto a las proporciones en el cepillado, la recomendación es usar pastas de alta concentración de flúor, pero en pequeñas cantidades. Por edades de los niños serían las siguientes:
- De 0 a 3 años: La cantidad de pasta debe ser como un grano de arroz (1.000 ppm).
- De 3 a 5 años: La cantidad de pasta debe ser como un guisante (1.000 ppm).
- A partir de 6 años: La concentración de flúor en la pasta ya puede ser más grande sin que suponga un problema (1450 ppm).

Entonces, ¿las pastas con flúor son mejores que las que no lo contienen o no?
Nuestra respuesta es que, si eres una persona no propensa a las caries, no es necesario que uses una pasta con flúor para cepillarte los dientes. Quizás en tu caso, y en función de tus necesidades, sea más adecuada una específica para la sensibilidad dental o anti sarro, por ejemplo. Pero, conociendo sus beneficios, si optas por ella, úsala con moderación.
Si tienes hijos pequeños, recuerda que la pasta con flúor será una perfecta aliada para la prevención de las caries, pero siempre respetando la cantidad por franja de edad. Además, deberás controlar cómo realizan el cepillado de los dientes, para ayudarles si lo necesitan, y evitar que se coman la pasta. Sólo así preservarás su salud bucodental y su salud general.
En cualquier caso, debes acudir con ellos a consulta regularmente para realizarles revisiones, daros pautas de higiene dental (y de alimentación si es necesario), y controlar que todo marcha bien. Las visitas al odontopediatra deben comenzar cuando los niños tienen un año. ¡No lo olvides!